Reflexiones sobre el we-tripantu ancestral y contemporáneo, el año nuevo que se celebra cada 24 de junio.
La ceremonia de acompañamiento de renovación de los ciclos naturales (we-tripantu) data de miles de años, pues responde a la lógica y normativa de la naturaleza y del cosmos, a través del cual los primeros mapuche asumieron y adaptaron su vida individual y colectiva. No obstante, en la actualidad encontramos dos tipos o formas de conmemorar el we-tripantu en el mundo Mapuche.
El we-tripantu ancestral:
En primer lugar será necesario saber cómo se determinaba o definía el día del we-tripantu (Año Nuevo) en tiempos ancestrales. El método más efectivo que tuvieron nuestros abuelos en la definición del día del we-tripantu es el diseño, estructuración, ubicación y construcción de su Ruka con un fogón en el centro y la puerta principal que estaba orientada hacia la salida del sol, controlando el tiempo y el movimiento de éste durante el transcurso del año. Es decir, el fogón, la puerta principal y un tronco o palo situado frente a la puerta, definirá o marcará el movimiento del día, las constelaciones, el sol, la luna y el tiempo, es decir, éstos símbolos marcarán los días e indicarán el recorrido o movimiento del sol y los ciclos naturales: pukemngen (tiempo de lluvias), pewüngen (tiempo o época de brotes), walüng (tiempo de abundancia) rimü (tiempo de descanso o zambullidas) y con ello se determinará el día exacto del we-tripantu. Desde el punto de referencia se apreciaba el inicio del recorrido que realizaba el sol a partir el día del we-tripantu, comenzando éste a moverse desde el Puel-pikumapu (noreste) hacia el Puel-willimapu, (sureste) y viceversa.
En ése recorrido se dice que el sol debe compenetrarse o conectarse con el fogón ubicado en el centro de la ruka, además, los rayos no deben tener ningún impedimento en su viaje o recorrido que realiza cada día y durante las trece lunas del año. Otros de los factores determinantes del we-tripantu son las trece lunas del año, todas las cuales tienen sus propios nombres y cada una representan la época en que le corresponde hacerse presentes. La luna que marca el inicio del nuevo año se les conoce como trufken-küyen, (luna gris o luna de las cenizas), correspondiente al pukem. Por tanto ya asomado o nacido el trufken küyen comienzan los preparativos para la ceremonia de inicio de renovación de la vida, we-tripantu o año nuevo Actualmente se habla también de un conjunto de estrellas llamadas Ngaupoñi las que al acercarse el we-tripantu desaparecerán por el poniente, lafkenmapu o ngülumapu, asomándose en la madrugada hacia el oriente, unos días antes de producirse el nacimiento de la nueva vida en la naturaleza.
Asimismo se sabe con certeza que el día del we-tripantu, (año nuevo) existe una única madrugada del año en que las aguas de los ríos, vertientes, lagos, esteros, entran en un proceso o cambios de temperaturas provocado por el movimiento de la tierra o re-acomodación de éste que inicia el regreso o el recorrido por el universo, completándose en el próximo año nuevo o we-tripantu. Ese día emergen desde las profundidades de la tierra, aguas calientes a través de las vertientes los cuales permiten que las personas puedan bañarse en la madrugada, (epewun o amanecer).
Como es la ceremonia del we tripantu.
El We-tripantu consiste en participar juntos con la naturaleza en la renovación y emergencias de nuevas vidas. Es decir, el che (humano) siendo uno de los componentes de ella, hace suyo y participa junto a su familia e invitados en ésta ceremonia de renovación de la vida. Es así que con antelación reúne diversos tipos de alimentos para el misawün (convivencia) que llevará a cabo con sus invitados, familias y miembros de la naturaleza. También podrá realizar un konchotun (en el que con otras familias amigas se visitarán y compartirán dicho acontecimiento), O quizás una ceremonia llevada a cabo por los abuelos, en el que le colocarán su nombre a un nieto o un niño pequeño y eso es uno de los motivos de festejo.
Las familias invitadas acuden a la Ruca anfitriona al atardecer del día anterior del inicio del nuevo ciclo, con su yewün (aportes en alimentos y sus presentes). Durante la noche se conversan temas relativos a historias, hechos relevantes del quehacer mapuche, también se realizan danzas ceremoniales en torno al fogón, se juega al awarkuden entre otros entretenimientos. Mientras las mamás, hermanas, abuelitas preparan mültrün, kako, rüngalkofke, müllokiñ, mudai, y comienza la celebración. En la madrugada o epewun se invita a todos a bañarse en las vertientes, ríos, lagunas o mar, para recibir las primeras aguas que les permitirá purificar su cuerpo y su espíritu, ya que todos los mapuche deben esperar el we tripantu, muy fortalecido para que el ciclo venidero favorezca en su vida personal, familiar y colectivo. Se retorna a la Ruca antes de que asome el sol, se inicia la ceremonia de purificación o limpieza danzando en torno a la ruka conforme a como se mueve el sol en éste hemisferio, se tocan instrumentos, se realiza llellipun, consistente en una ceremonia de conexión e interrelación con los espíritus de la naturaleza, los antepasados, el universo, para agradecerle por la finalización de un ciclo de vida y permitir recibir el siguiente. Este se realiza antes de que el sol se asome en el puelmapu. En el momento que aparece el sol, se ha dado paso a una nueva vida, en la tierra y en la naturaleza; se ha producido un renovado encuentro con todos los actores del mundo mapuche, se ha dado paso a una nueva relación y vínculo con los espíritus creadores y de los antepasados, así se inicia una vez mas, una nueva vida en la familia mapuche y en la madre naturaleza.
El we-tripantu contemporáneo.
Esta celebración probablemente (hasta los 50, 60, 70 años hacia atrás) se realizaba con profundo respeto en la que se convocaba e invitaba a las familias más cercanas y aquellas pertenecientes principalmente en la línea materna, con la finalidad de realizar misawün, konchotun, lakutun, katan pilun, entre otros, preparados para la ocasión. Todo esto cambió en las familias y comunidades de todo el territorio mapuche, cuando se inicia la imposición del mundo occidental, a través de la escuela, el cristianismo y la fiesta de San Juan Bautista en particular. Cuando nos dimos cuenta, estábamos celebrando la fiesta de San Juan y rezando el Padre Nuestro. En éste y en otros aspectos de nuestro ser mapuche fuimos intervenidos todos por igual. Así comienza nuestra confusión, el sincretismo, la mezcla, el empobrecimiento espiritual, económico, de identidad, entre otros. Afortunadamente esta fecha se ha ido recuperando paulatinamente. Las nuevas generaciones de jóvenes mapuche, hemos podido rescatar en parte la celebración del we-tripantu. Por ahora, tanto en las esferas mapuche y winka, la celebración del we-tripantu es parecida a la celebración popular occidental, aunque se reivindica el we-tripantu de los antepasados, sin embargo, éste está lejos de ser el ceremonial ancestral y original, pues hoy las celebraciones son similares a la fiestas del año nuevo del 1 de enero (del calendario occidental) e incluso son más folklóricas aún. En éstas están incluidas también las que se realizan en las ciudades.
Lo anterior es contradictorio, pues el we-tripantu se da en forma natural, es una celebración o ceremonia de regocijo de los hijos de la tierra, plantas, animales, insectos, aves, personas con la naturaleza, es decir, el che (humano) es un invitado que se entremezcla con los demás y acompaña a la madre naturaleza en su fiesta, en su alegría, en el regreso de la vida de sus hijos. Otra de las falencias es que hoy se celebra el we-tripantu en tiempos reducidos, una mañana, un rato en el día, mientras tanto, en estricto rigor, este debería comenzar al atardecer del día antes, terminando al atardecer del día del we-tripantu cumpliendo de esa forma la ley natural, completar el circulo y despedir la noche del año que se va y recibir el inicio de la noche o madrugada del año nuevo, wüñoi y we-tripantu respectivamente, concluyendo con actividades colectivas. Invitamos a todos los habitantes del hemisferio Sur a hacer suyo éste we-tripantu (año nuevo), más real y en concordancia con las normas naturales.
Küme ayiukonpape tüfachi we-tripantu (Que comience con alegría este nuevo año)
Por Armando Marileo Lefio Ngenpin: Autoridad Ancestral
Autorizado a publicar para El Adán de Buenosayres