En la campaña electoral, la promesa que hizo el gobierno de la ciudad a los vecinos de Flores, incluso en la publicidad y los carteles que colocaba en el barrio, que en este lugar, debajo de la autopista, iba a haber una comisaría, como hay en otros barrios, pero la realidad fue bien distinta.
La idea era construir un anexo de la Comisaría 38 sobre la calle Membrillar y la Autopista 25 de Mayo y transformar ese espacio en una respuesta a los reclamos por la inseguridad en la zona.
Pero ahora las ecinas y vecinos del barrio de Flores denuncian que el gobierno porteño está utilizando ese lugar como una cárcel ilegal, donde tiene detenidas decenas de personas en un edificio que no tiene finalización de obra.
Las y los vecinos alertan que en ese lugar están los derechos cercenados y violentados. Pero además esto impacta en el medio de un barrio residencial. Hay mucho miedo en el barrio porque al no ser un instituto, una institución carcelaria.
Los vecinos realizaron una jornada de visibilización para dar a conocer este tema. De la jornada participaron representantes de la diputada porteña Claudia Neira, estuvieron presentes el legislador Matías Barrotaveña y el diputado Andrés La Blunda de Unión por la Patria y los Comuneros Julian Cappa, Leonardo Militello, Elisa Juarez y Lucia Di Laudo
“Las cárceles modulares o mini-cárceles que están construyendo Jorge Macri y Waldo Wolff son una solución no sólo ineficiente sino peligrosa, porque ponen a la policía a cuidar a los detenidos y debilitan los patrullajes volviendo más inseguros a los barrios que tienen estas cárceles”, manifiestan los vecinos preocupados por esta iniciativa, que además, baja el precio de sus propiedades.