Se vendieron los terrenos del Hospital Israelita que supo ser uno de los más prestigiosos de la ciudad

Por Ricardo Guaglianone
3 de noviembre de 2025

El mítico Hospital Israelita ubicado en Gaona entre Nazca y Terrada en el barrio de Villa Santa Rita, con la casi la totalidad del edificio clausurado por su mal estado de conservación, aunque tiene varios servicios médicos que presta una cooperativa con entrada por la Av. Nazca, fue comprado por la Empresa IRSA. El nosocomio fue en su época y durante muchos años, uno de los centros médicos más prestigiosos y concurridos de la ciudad.

IRSA compró en US$ 7 millones el inmueble que cuenta con una superficie construida de aproximadamente 17.000 m². El predio fue adquirido por la compañía en el marco de un proceso judicial complejo y por la decisión de las autoridades porteña que en la época de Larreta declararon los terrenos como no indispensables para la ciudad, dando la posibilidad de privatizar tierras públicas al mejor postor. El destino que le dará el comprador será seguramente comercial o residencial para compradores con alto poder adquisitivo.

• IRSA, Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima, es una de las mayores empresas argentinas inversora en bienes raíces y la única empresa inmobiliaria argentina que cotiza sus acciones en Bolsas y Mercados Argentinos («B&MA») y en la Bolsa de Comercio de Nueva York (NYSE).

• Su fundador y dueño es Eduardo Elsztain, y el CEO de la compañía es su hermano, Daniel Elsztain.
• Se especializan en la adquisición, desarrollo y explotación de centros comerciales
• La adquisición y desarrollo de edificios de oficinas y otras propiedades que no constituyen centros comerciales, principalmente con fines de locación
• El desarrollo y venta de propiedades residenciales
• La adquisición y explotación de hoteles de lujo
• La adquisición de reservas de tierras sin desarrollar para su futuro desarrollo o venta
• Son los mayores compradores de tierras públicas en la ciudad, muchas veces a precios irrisorios.

Larreta y la entrega a precio vil de tierras publicas

Para que un privado se quede con estas tierras de alto valor, el entonces jefe de gobierno Larreta envió en 2017 a la Legislatura porteña un proyecto para desafectar de utilidad pública el inmueble del Hospital Israelita, proyecto que se presentó durante la mañana y fue aprobado el mismo día a la tarde, dejando de lado las leyes de 2005 (Ley N° 1.911) y 2008 (Ley N° 2.971), donde la Ciudad había declarado “de utilidad pública y sujeto a ocupación temporaria” el lote de Nazca y Gaona, donde funcionaba un geriátrico, una escuela de enfermería y una cooperativa de salud.

En el momento que se presentó el proyecto de privatización a futuro, en el predio funcionaban estas instituciones con entrada por la avenida Nazca 1145.

El argumento oficial fue que se tomaba esta medida para evitar un juicio de U$S19 millones de los síndicos de la quiebra del Hospital Israelita contra el Estado porteño y la cooperativa de salud. Vecinos, pacientes y médicos estuvieron presentes en la Legislatura y protestaron durante el tratamiento parlamentario que fue veloz y sin discusión de ningún tipo.

Esta acción parlamentaria fue consonante con la clausura previa dispuesta por la Fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires, que ordenó con un impresionante operativo policial, el traslado de los pacientes del geriátrico, muchos de ellos del PAMI: “no cuenta con la correspondiente habilitación y presenta serias irregularidades que significaban un riesgo tanto para los pacientes como para los trabajadores de la institución”, dijo la entidad en un comunicado.

El 29 de marzo de 2017, la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno porteño (AGC) realizó una primera clausura del geriátrico que fue incumplida, por lo que el cierre tomó forma definitiva tras la decisión del fiscal a cargo del caso Néstor Maragliano.
La quiebra del Hospital

El hospital fue fundado por la Asociación Israelita de Beneficencia y Socorros Mutuos hace más de un siglo. En la década del 90 la estructura financiera del nosocomio se vio perjudicada por la falta de donantes y quebró en 2003. Al año reabrió como la Cooperativa de Trabajo Hospital Israelita Limitada, administrada por sus trabajadores. Con las leyes de 2005 y 2008 El Gobierno de la Ciudad declaró “de utilidad pública y sujeto a ocupación temporaria” el lote de Nazca y Gaona, apoyando a los trabajadores.

Sin embargo, sigue vigente una denuncia judicial de los síndicos de la quiebra, Juan Dzierza y Alberto Antonio De Amaral, contra el Gobierno porteño y la cooperativa, que lleva la firma de Martín Ocampo, entonces fiscal general porteño.

El saliente legislador Alejandro García (PRO), miembro informante del proyecto el día de la sesión, dijo que, «si hay un fallo contra la Ciudad, la administración porteña deberá pagar más de U$S19.000.000 a los denunciantes. Más allá de eso, hay que decir que el contrato de PAMI fue rescindido y que no hay autorización para funcionar como centro de salud”, añadió.

eEn los fundamentos del proyecto de Rodríguez Larreta dice: “No existe ningún beneficio para la comunidad, ni para los habitantes de la Ciudad que pueda sostener la utilidad pública que supone la afectación del predio y los bienes a favor de la Cooperativa. Cabe destacar que, en la actualidad, dicha Cooperativa no se encuentra habilitada para funcionar como prestadora de servicios de salud, ni ante los organismos competentes de Nación, ni de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

En el recinto, el legislador Marcelo Depierro (Mejor Ciudad) sugirió que las tierras terminarían en un emprendimiento inmobiliario, que se trataba de un nuevo negocio de regalar tierras públicas a privados: «El hospital cuenta con una escuela de enfermería que tiene 350 alumnos, tiene todas las especialidades y consultorios médicos, pero al gobierno no le importa la salud, no le importa los abuelos ni los jubilados, no le importa lo que es la historia del hospital ni la vocación de servicio»…”son 117 años de historia pero para ellos es un simple número».

La historia del Hospital Israelita

El origen se remonta a comienzos del siglo XX cuando el rabino Henry Joseph creó la Asociación Israelita de Beneficencia y Socorros Mutuos (luego llamada Ezrah que significa «ayuda»). El Israelita tomó cada vez más importancia y se transformó en un ícono de la salud de toda la Ciudad, llegando a tener más de 1300 empleados.

El edificio se fundó en 1916, siendo obra del arquitecto francés Jacques Braguinsky (el mismo que diseñó el ex Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca). Originalmente sus frentes estaban adornados con fajas de azulejos color azul, que rompían con las sombras de las salientes del techado. A su vez todas las ventanas poseían hermosos trabajos de mayólicas. En la puerta principal se encontraba reproducido el doble triangulo de David, que también se halla en todos los motivos decorativos.

En su interior, el hall estaba hecho de mármol italiano, que poseía sus paredes divididas en paneles, donde se encontraban esculpidos los nombres de los obradores que contribuyeron a levantar el edificio. Por los pasillos de este hospital transitaron personalidades como Albert Einstein o los médicos Jonas Salk y Albert Sabin, investigadores de la vacuna contra la poliomielitis. Además, en el área de kinesiología se atendió Diego Armando Maradona.

Hoy el edificio muy deteriorado sigue siendo uno de los máximos exponentes de la rica arquitectura de principios del siglo XX que aportó al esplendor de esta parte de la ciudad.

Dentro de la gran afluencia inmigratoria que tuvo la Argentina desde mucho antes de su formación como nación, un núcleo numeroso de familias judías arribó a nuestras tierras. Gran cantidad de judíos sefarditas, españoles y portugueses, arribaron a estas playas, así como a otras del resto de América, junto con los primeros colonizadores, en las famosas carabelas, a fines del siglo XV, escapando de la España de la Inquisición.

Esa corriente de inmigración judía tuvo un fuerte impulso a fines del siglo XIX. Gracias a la ayuda de la Jewish Colonization Association llegaron al país familias enteras que escapaban de los pogroms de la Rusia Zarista.
Muchas de estas familias judías se afincaron en zonas agrícolas del interior del país, en particular en Entre Ríos, Santa Fe y La Pampa, mientras otras se establecieron en Buenos Aires.
Para cubrir las necesidades de culto, educación, ayuda médica y ayuda social se crea en Buenos Aires, en 1862, la Congregación Israelita de la República Argentina, que más tarde habría de llamarse Templo Libertad.

En 1885 se crea la Jevrá Kedushá para cubrir la parte de sepulturas. En 1896 se crea el Talmud-Torá Harishono, de enseñanza religiosa, y la asociación Bikur Joilim, que prestaba ayuda médica, entre muchas iniciativas con el fin de congregar y asistir a las familias judías en el país.

En cuanto al área de Asistencia Social ligada a la Salud, el año 1916 fue clave puesto que se crean dos instituciones hospitalarias que adquirirían enorme prestigio a lo largo de varias décadas, con profesionales de primera línea y atendiendo a cientos de miles de concurrentes: la Liga Israelita contra la Tuberculosis, ubicada en el barrio de paternal, y el Hospital Israelita “Ezrah”. En este último, además, se formaron cientos de médicos.

El Hospital Israelita fue sostenido por la Sociedad de Beneficencia Ezrah. Era una institución privada sin fines de lucro que atendía tanto a indigentes como a quienes podían solventar su tratamiento. Las operaciones se practicaban en una única zona de quirófanos y todos los enfermos utilizaban los mismos servicios centrales de diagnóstico. Menos de la mitad de los facultativos lograban acceder a un sueldo tras muchos años de trabajo no remunerado.

El Hospital Israelita se constituyó en un emblema histórico en Buenos Aires, por ser uno de los hospitales más prestigioso y concurrido de la ciudad. Durante años recibió donaciones para mantener sus instalaciones con capacidad para 400 camas y cubrir todos los servicios, además del funcionamiento de una escuela de enfermería.

En los años noventa las donaciones fueron cayendo y la crisis en el hospital se fue profundizando hasta ingresar en 2001 en concurso preventivo. Finalmente, el 6 de septiembre del 2004, las autoridades se presentaron en quiebra. Dos días después, la Justicia designar un interventor para que se haga cargo de la gestión del centro asistencial.

El personal llevaba 11 meses de sueldos adeudados, apenas recibían vales de cinco pesos para los viáticos y algo del salario. Sobrevivieron gracias a donaciones de alimentos y dinero de personas que conocían la situación del hospital.
La intervención comenzó a vaciar el hospital, a desmantelarlo mientras los trabajadores seguían sin cobrar sus sueldos. En esos tiempos se acerca a la institución el abogado Luis Alberto Caro, presidente del Movimiento de Fábricas Recuperadas.

El personal comienza a organizarse en cooperativa a fin de salvar las fuentes de trabajo y piden a la Justicia que ceda a los trabajadores la administración del hospital, que seguían con las prestaciones médicas.
El juez en lo comercial Atilio González aprobó la formación de la cooperativa y resolvió que los médicos, técnicos, enfermeros y personal de maestranza, administre “todos los servicios del Israelita, incluida la prepaga Isramed” y cede la administración de ese centro asistencial, en proceso de quiebra, a sus trabajadores.

La primera presidenta de la nueva “Cooperativa de Trabajo Hospital Israelita Limitada” fue la médica clínica Silvia Gallo, con 20 años de trabajo en el hospital y la gente que constituyo la cooperativa era personal muy capacitado con muchos años en la institución.

El juez determinó que se alquilara el hospital a los trabajadores por seis meses, renovable por otros seis, mientras la cooperativa debía hacerse cargo de todas las deudas existentes, mientras los pasivos seguían perteneciendo a los anteriores dueños. Una vez pasado ese lapso, el hospital se pondría en venta.

Luego de varias presentaciones de la cooperativa se sanciono el 4 de diciembre de 2008 la LEY N° 2.971 que se promulgo el 13 de enero de 2009 donde el inmueble se declara de utilidad pública y sujeto a ocupación temporaria por el termino de 2 años, contemplando todos los bienes intangibles y los bienes muebles que deben ser destinados al funcionamiento de la Cooperativa de Trabajo Hospital Israelita Limitada, que deben ser destinados a la atención de la salud.

Además, la ley establecía que una vez finalizado el plazo la Cooperativa tendrá opción para la expropiación de los citados inmuebles, (artículo 3º de la ley 238), agregando que los gastos que demande el cumplimiento de la presente ley deben en el presupuesto general de gastos de la Ciudad Autónoma en el ejercicio 2009.

El fiscal penal de laciudad, Martín Lapadú intervino para el cierre del hospital afirmando que detecta el gobierno que el nosocomio estaba funcionando sin habilitación en general y había serias irregularidades en cuanto a la falta de matafuegos, cables expuestos a 220, faltas de barandas en las azoteas y otra serie de irregularidades vinculadas con la seguridad y con la faz lumínica.

También señala que los cuatro ascensores de ese inmueble se encontraban clausurados. Entonces declara, «¿cómo iba a funcionar ese nosocomio, teniendo varios pisos, para poder trasladar de piso a piso a los pacientes de ese hospital?»

Toda esta movida judicial fue anterior al proyecto presentado por Larreta para privatizar las tierras del hospital y suena como una coordinación entre el poder político y el judicial para rematar tierras públicas que van a servir para hacer viviendas de alto poder adquisitivo en una zona muy cara de la ciudad, porque están ubicadas en el límite con el Barrio de Flores y circundadas por dos avenidas muy importantes, Gaona y Nazca.
Sin Dudas un gran negocio para los compradores.

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