Meditación Cristiana: un camino para des-aprender

Lo que cada uno de nosotros debe de hacer es descubrir por su propia experiencia, para así poder vivir este peregrinaje, es que esto es la primera responsabilidad de nuestras vidas. Es la primera responsabilidad de alguien que quiere llevar una vida totalmente humana, el volver a nuestro centro y vivir a partir de la capacidad profunda de nuestra vida.

 Descubrimos entonces que al estar reconectados con nuestro centro, entonces conectamos con cada centro. El hombre o mujer verdaderamente espiritual es aquel que aprende primero a vivir en armonía consigo mismo y con la creación. Podemos decir, “Al estar en tu propio centro, estás con Dios” O en las palabras de Jesús: “El reino de los cielos está entre ustedes” (Lucas 17: 21). Debemos recordar que el reino de los cielos no es un lugar, sino una experiencia. Es la experiencia total integrada en el poder de Dios. En la visión cristiana es saber que ese poder es el poder del Amor.

Cuando San Juan de la Cruz dijo: “Dios es el centro de mi alma”, es porque en ese centro experimentamos el silencio, la total quietud y la paz que va más allá de toda comprensión. El camino para esto es a través del mantra. Debemos ser muy prácticos. En la meditación buscamos entrar en ello de una forma profundamente sencilla. Como lo dije en otra plática, es a través de un camino de des-aprender.

Es un camino de des-posesión. Es un camino de simplicidad. Des-aprendemos y nos des-posesionamos renunciando a nuestras palabras, pensamientos y manteniéndonos en el mantra. Es esto lo que nos lleva a la profundidad. Algo que debes comprender es que no debemos hacer un poquito de meditación. Si quieres meditar, debes poner a la meditación en un lugar central en tu vida y debes asegurarte de que todo en tu vida esté en armonía con la armonía que surge de tu espíritu.

 No puedes vivir, como si fuera una doble vida en la que solo la mitad de tu vida es armoniosa, hay integración, hay profundidad, hay luz y vitalidad. Debes ser una persona sencilla, y vivir de la unidad de tu vida pues la simplicidad es unidad.

Estas palabras dijo San Pedro y creo que lo debemos escuchar con atención ya que creo que el problema que mucha gente tiene para meditar es porque no comprenden bien el gran potencial y no tienen la creencia firme de que pueden verdaderamente vivir a partir de la profundidad de su vida, en vez de vivir a partir de la superficialidad de la misma. Con estas palabras de San Pedro podemos reconocer nuestra propia dignidad, reconocer la maravilla de nuestro ser y reconocer, sobre todo, nuestra capacidad de Amor:

“Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a Él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuáles se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo…Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”. (1 Pedro 2, 4-5, 9).

Fuente: Momento de Cristo de John Main.

Existen grupos de meditación cristiana en Buenos Aires. Comunicarse al 11-6604-3926 – Agustín,  para más información.

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