Para aprender a meditar está bien considerar estos errores comunes:
- Intentar dejar la mente en blanco
Es imposible. Al meditar, buscamos cambiar nuestra relación con los pensamientos, no suprimirlos. Cuando aparezcan, obsérvalos pasar como nubes en el cielo, y regresa a tu ancla.
- Buscar experiencias especiales
La meditación no se trata de entrar en estados alterados o tener experiencias visionarias. No se trata de alcanzar calma o relajación. Es simplemente estar presente y observar sin juzgar.
- Esperar resultados inmediatos.
La meditación, al igual que aprender piano o ajedrez, requiere tiempo y práctica. Los beneficios aparecen de forma gradual, no de un día para otro. Mantén la constancia y la paciencia, y notarás cambios positivos con el tiempo.
- Meditar solo cuando estés estresado
La meditación no debe usarse únicamente como un recurso de emergencia. Si bien puede ayudar en momentos de crisis, es fundamental desarrollar una práctica regular y consistente. Esto te dará los recursos para navegar los momentos difíciles con mayor ecuanimidad.
- Juzgarte por tener pensamientos
Tener pensamientos es natural – es lo que hace la mente. Déjalos fluir en el fondo de tu consciencia mientras mantienes tu atención en la respiración, sonidos o sensaciones. Y si te pierdes en ellos, está bien. Solo regresa a tu ancla.
- Pensar que la meditación es una simple técnica de relajación
En Occidente, la meditación se ha popularizado como una simple técnica de relajación, pero históricamente su propósito ha sido mucho más profundo. La meditación es una herramienta para explorar la naturaleza de tu mente y descubrir que no eres quien creías ser.
- Meditar solo en un espacio silencioso y tranquilo
Puedes meditar en cualquier lugar, ya sea en el metro, en la oficina o en un parque. Simplemente observa la experiencia con todas sus texturas. Nota los sonidos y déjalos que sean tu puerta al momento presente.
- Priorizar duración Meditar 30 minutos no te hará un «gran» meditador. Meditar todos los días sí lo hará. La consistencia es clave.
- Meditar solo con los ojos cerrados
Puedes meditar con los ojos abiertos. De hecho, te invito a hacerlo. Esto es porque meditar con los ojos abiertos te ayuda a transferir el estado de atención plena a tu vida cotidiana. P.S. Si te sientes cansado al meditar, abre los ojos y continúa meditando con los ojos abiertos.
- Juzgar tu experiencia La meditación no se trata de juzgar tu experiencia. Se trata de observarla en su forma más pura, como cuando eras un niño(a). Así, un ‘árbol’ no es un ‘árbol’, sino un objeto con cierto tamaño en el espacio, con texturas, colores y formas únicas.
- Sobre intelectualizar la meditación
Leer libros y escuchar podcasts sobre meditación es súper valioso, pero la verdadera comprensión viene de la práctica, no del conocimiento intelectual. Evita convertirte en un «experto teórico» que rara vez se sienta a meditar.
- Limitarte a solo observar la respiración
Si solo usas la respiración estás ignorando otras vivencias importantes. Expandir tu práctica a diferentes anclajes de atención desarrolla una consciencia más flexible y completa.
- No trates de controlar los pensamientos
Al meditar para neutralizar los pensamientos ayuda colocar la atención en la parte superior, en el chacra coronario o del tercer ojo y recitar la oración continuamente.
- Pedir que pase algo
A medida que se avanza en la meditación diaria, sin pedir nada, la energía profunda de Dios va surgiendo y trasforma nuestro ser haciendo saber que somos Uno con el universo creado. El Espíritu Santo nos guía en la entrega que se realiza en el acto de meditar.