Las colillas de cigarrillo son sumamente contaminantes, una sola colilla de cigarrillo puede contaminar 50 litros de agua dulce y 8 litros de agua salada. Además, están hechas con acetato de celulosa, un elemento que tarda unos 10 años en degradarse. La colilla que hoy tirás al suelo es el residuo más encontrado en las calles del mundo entero, se estima que son descartadas unos 4.500 billones de colillas por año y constituyen una importante fuente de contaminación en ciudades, parques, campos, ríos, playas y mares, dañando así el medio ambiente.
Se han encontrado colillas en nidos de pájaros y en el estómago de diversos animales marinos. Debemos tener presente que el objetivo principal de las colillas, es que puedan filtrar y acumular los componentes tóxicos del cigarrillo funcionando como una especie de aspiradora. Por lo tanto, al igual que el cigarrillo, contienen pesticidas como la nicotina y otras sustancias como insecticidas, herbicidas y fungicidas, además de metales pesados como el cadmio y hasta 50 sustancias conocidas por ser potencialmente carcinogénicas.
Una vecina del barrio Villa Gral. Mitre, Romina Flores, cansada de convivir con colillas de cigarro ajenas, decidió hacer lo que estaba dentro de sus posibilidades para tratar de concientizar sobre esta problemática, que la mayoría pasa por alto. Ella sostiene que se ha naturalizado el hecho de tirar las colillas al suelo y no se toma en cuenta lo contaminantes que son. Cuenta que todo comenzó allá por 2018 cuando luego de una reunión familiar, alguien dejó en su casa una maceta llena de colillas como si fuera un cenicero.
Unos meses más tarde cuando llevó a sus hijos a la playa, vio que alrededor de su lona había mínimo 10 colillas de cigarro. Ese mismo día decidió que en lugar de quedarse en la mera queja, debía poner manos a la obra, y en una botella plástica (de las que también abundan lamentablemente), comenzó a juntar colillas en las playas de Villa Gesell ante la mirada de extrañeza de quienes la veían.
Algunas personas le preguntaban por qué las juntaba, otros simplemente la miraban, y hasta escuchó a un niño decirle a sus padres si no les daba vergüenza que alguien estaba juntando lo que ellos habían tirado en la arena; también se cruzó con gente que la felicitó por la tarea que hacía y hasta un hombre al verla le pidió perdón y se agachó a recoger la colilla que recién había dejado caer al piso. Al poco tiempo se enteró de una movida mundial llamada: No más colillas en el suelo y se unió como embajadora de Buenos Aires.
Para esta vecina del barrio todo apoyo cuenta para tratar de concientizarnos de que no es natural ver cantidad de colillas contaminando las calles, veredas y plazas de la ciudad. Pueden seguir su página de Facebook: No más colillas en el suelo Buenos Aires para darle su apoyo y enterarse de distintas acciones que se lleven a cabo en el barrio.
En distintas lugares del mundo ya existe legislación que permite multar a los fumadores que irresponsablemente tiran las colillas al suelo. En Buenos Aires se presentó un proyecto de ley que cuenta con el apoyo de legisladores de distintos partidos, para sancionar a quienes tiren las colillas al suelo, y se prevé que las multas irán desde los $ 801,60 hasta los 18.704 pesos. Se espera que el proyecto sea tratado y aprobado a partir del término de la cuarentena, como una medida que sirva para reducir significativamente la contaminación por colillas en nuestra ciudad.