El discurso era agradable y además, despertaba la sensibilidad: el zoológico porteño se trasformaría en un ecoparque para mejorar la vida de los animales en cautiverio (trasladando algunos o con mejores condiciones para otros). Pero todo este discurso ocultaba la verdadera y repetida intención del gobierno de Larreta: privatizar tierras públicas para emprendimientos privados.
La nueva ley votada en primera lectura, permite la concesión por dos décadas para el uso y explotación de los espacios del predio del exzoológico de Palermo, las tierras más caras de la ciudad.
Con 42 votos positivos, los legisladores del PRO y aliados permiten la entrega a privados de 33.050 metros cuadrados, por plazos de entre 10 y 20 años, un total de 21 inmuebles protegidos como patrimonio histórico de la ciudad.
El polémico proyecto deberá ahora discutirse en audiencia pública y volver a ser debatido en segunda lectura por los legisladores, probablemente antes de fines de año.
Muchos de los edificios y terrenos que serán dados en concesión quedarán en desuso por la liberación o el traslado de animales actualmente cautivos. Además se privatizarán el uso y la explotación de otros espacios cubiertos o al aire libre, lindantes con los anteriores.
De una superficie total de 17 manzanas o hectáreas (167.522 m2) que tiene el ex – zoo, se dará en concesión el equivalente a cuatro manzanas (33.050 m2) de espacios que quedarán ociosos. El proceso de privatización será por 20 años el de las casas de los osos (6500 m2) y la condorera (2100 m2); por 15 años, la confitería El Águila (1100 m2), la leonera o fosa de los leones (1600 m2), el pabellón de los loros (750 m2), el pabellón de las fieras (2700 m2), el sector acuario/caballerizas (3500 m2) y el reptilario (400 m2); y por hasta 10 años, de la Casita Bagley (400 m2).
Si se aprueba la privatización luego de la audiencia pública y la segunda votación obligatoria, durante una segunda etapa, a partir de 2020, se prevé entregar por 20 años los templos hindúes de los elefantes (2800 m2) y de los cebúes (2700 m2), y por 10 años, el pabellón ruso (1200 m2), la casa de las jirafas (500 m2), el chalet de ciervos/bisontes (400 m2), y el chalet de rinocerontes (500 m2).
Los usos permitidos para estos predios por la ley votada son prácticamente todos y los legisladores opositores denuncian que Rodríguez Larreta quiere poner ‘Starbucks’ en los 18 recintos de los animales, que fueron declarados Patrimonio Histórico Nacional y tienen la máxima protección patrimonial. El apuro de vaciar los recintos para que avance la privatización, provoco un improvisado traslado de animales que en muchos casos terminaron en muertes.
Los legisladores denuncian además, que los trabajadores que denunciaron esta situación de maltrato y muerte de animales, fueron amenazados con despidos y 14 cuidadores fueron trasladados a cuidar plazas.
Se terminó el verso: el Ecoparque que quiere Rodríguez Larreta, era un negocio privado a costa de la salud de los animales, de las condiciones laborales de los trabajadores y del patrimonio histórico de la Ciudad.
