El presidente de Boca, Daniel Angelici, recibió un favor grande de parte del gobierno porteño y se quedó con los terrenos de Casa Amarilla, donde planea construir un estadio shopping que reemplace a La Bombonera.
Pese a la oposición de hinchas y vecinos, el Gobierno de la Ciudad le vendió a Boca los terrenos de Casa Amarilla, que ocupan un total de tres hectáreas entre las calles Blanes, Espinosa, Palos y Almirante Brown y que están valuados en 180 millones de pesos.
El club xeneize fue el único oferente en la “Licitación con Iniciativa Privada para el desarrollo y Mejoramiento Urbano Casa Amarilla”, cuyos sobres se abrieron en las oficinas de Soldati de la Corporación Sur, dependiente del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
Boca se quedó así, en un trámite que muchos le adjudican poca transparencia, con tres hectáreas para construir un espacio “recreativo para los vecinos”.
Pero los vecinos se movilizaron para resistir el proyecto porque aseguran que Angelici en realidad quiere construir un estadio para Boca que contaría con 80 mil butacas, shopping y restaurantes.
Esta idea es rechazada tanto por vecinos de La Boca, que reclaman que los terrenos se usen para construir viviendas sociales, como por hinchas del club que no quieren que la mítica Bombonera donde juega Boca quede en el olvido.
Para avanzar en la construcción del estadio, que significaría una inversión de 400 millones de dólares y se necesita la autorización de la Legislatura porteña. El Tano comenzó hace más de un año a buscar los votos con la ayuda del histórico operador radical, Enrique «Coti» Nosiglia, que tiene llegada al club como a la bancada radical.
La resistencia de los vecinos
Durante meses lo vecinos del barrio de La Boca se movilizaron con el objetivo de expresar su oposición a la venta de los terrenos del predio de Casa Amarilla.
Sabían que el club Boca Juniors había presentado un proyecto a la Corporación Buenos Aires Sur para comprar los terrenos y construir allí un estadio shopping. Esos terrenos en 2010 fueron declarados, por un decreto de Mauricio Macri, de utilidad pública.
Los vecinos se opusieron a ese decreto: “no estamos dispuestos, como contribuyentes y vecinos, a permitir que estos terrenos se vendan a un privado”, expresaba en esos momentos Natalia Quinto, integrante del Movimiento “La Boca Resiste y Propone”.
Esta agrupación es un espacio multisectorial del cual participan organizaciones políticas, sociales e instituciones del barrio, como así también trabajadores de distintos programas de la Ciudad y vecinos dela zona. Su objetivo principal es organizar la demanda en torno a la problemática de niños y jóvenes.
En ese marco querían que el predio de Casa Amarilla lo usen los chicos del barrio para campeonatos de fútbol, actividades recreativas y ensayos de murgas, entre otras actividades.
“Casa Amarilla es un derecho vulnerado de los pibes, porque ellos usan todos los días esos terrenos”, expresó Quinto, quien aseguraba que los vecinos estarían de acuerdo con que allí se construya un polideportivo o un centro cultural municipal, pero no un estadio.
La activista de La Boca declaró en aquellos momentos a Radio Arinfo de la Boca, que el proyecto se presentó ‘entre gallos y medianoche’, a escondidas de los vecinos, que se enteraron de la idea por los medios.
Asimismo, recordó que en noviembre de 2014 ya se habían movilizado en contra de un proyecto del Legislador porteño Oscar Moscariello, que también es vicepresidente de Boca, que pedía la rezonificación de esos terrenos y la autorización para una cesión de uso a Boca. Esa iniciativa nunca se trató en la Legislatura y volvió a despacho.
Ahora se terminó la polémica, los terrenos son de Boca aunque hay denuncias que se adquirieron “a precio ruin”. Funcionarios de la Ciudad prometieron en los momentos de mayor oposición vecinal no dar viabilidad al proyecto de la entidad “Xeneize” hasta tanto no se realicen audiencias públicas, pero traicionaron al parecer sus promesas.
Además, es llamativo el silencio de los legisladores opositores, a pesar de no ser trasparente esta venta. Parece un arreglo entre dirigentes que responden al PRO.
Presentación de nulidad
El club fue el único oferente en la licitación por Casa Amarilla. Sin embargo, esta compra no fue bien recibida por varias agrupaciones de club ni por los vecinos de la zona. Aseguran que el presidente del club quiere construir un estadio que contaría con 80 mil butacas, shopping y restaurantes, en lugar de un complejo de viviendas sociales como se había estipulado desde un primer momento.
“Presentamos una acción de amparo pidiendo la declaración de nulidad e ilegalidad de la resolución que inicia esta licitación pública…”, aseguró a Télam el representante legal de los vecinos, Jonatan Baldiviezo.
En tanto, Natalia Quinto, integrante de la organización “La Boca resiste y propone”, explicó que el Instituto de la Vivienda (IVC) transfirió las tierras “sin paso previo por la Legislatura” a la Corporación Buenos Aires Sur, la cual recibió el proyecto de la dirigencia de Boca.
El complejo abarca aproximadamente cuatro manzanas, ocupadas por canchas de fútbol que se usan los fines de semana y donde ensayan una murga y un grupo de candombe del barrio.
Los hinchas también levantaron su voz contra el futuro nuevo estadio. Si bien Angelici había asegurado que consultó con las organizaciones opositoras para llevar a cabo este proyecto, la agrupación “Juntos por Boca” (que cuenta con Mario Pergolini) desmintió que se hubieran comunicado con ellos:
“Nuestra cancha es parte indivisible de nuestra identidad. Boca es La Bombonera y La Bombonera es Boca. Por esta razón es que la lucha que desde años viene unificando a tantos movimientos, socios e hinchas está bajo una misma premisa: de la Bombonera no nos vamos”.
Federico Aboy socio activo de la institución, en declaraciones a los medios, planteó su deseo de conservar el emblemático estadio: “Preferiría que se realice una remodelación del estadio actual, por todo lo que significa para el club y el hincha”.
Cualquier turista que llega a la Argentina quiere conocer el estadio y numerosas encuestas lo dan como uno de los lugares que hay que visitar antes de morirse.