Miles de jóvenes, cada fin de semana asisten a boliches y fiestas que funcionan sin habilitación de la comuna. Se trata de los bares o cafés que desvirtúan el rubro y se estiman que són alrededor de 200 los lugares que no están habilitados para tales fines.
Así es el escenario en el que están involucradas las 15 comunas de la ciudad.
Este cuadro lo describe la cámara de empresarios de discotecas de la Ciudad de Buenos Aires (CEDEBA), cuyos asociados desarrollan la actividad dentro del marco legal y, según afirman, están perdiendo rentabilidad por culpa de los boliches “ilegales”.
Además denuncian que muchos legisladores dicen que el problema es la falta de control, no las leyes que según los empresarios deberían ser más enérgicas.
Una de las exigencias de la norma que regula a los locales Clase C (los boliches bailables) es que los chicos pueden ingresar hasta las 4 de la mañana, y que la última gota de alcohol se vende a las 5. “Esto es un sinsentido. Yo le pregunto a los funcionarios y a los padres qué prefieren, ¿que sus hijos permanezcan en un local habilitado y tomen allí hasta el cierre, o que a las 5 se suban a un auto, vayan a comprar alcohol a cualquier lado y tomen en la vereda, o que se metan en un boliche trucho y tomen cualquier cosa y hasta cualquier horario? En los adolescentes lo prohibido es un desafío y con estas restricciones los estamos impulsando a ponerse en peligro