Parece ser que las protestas de los trabajadores del subte de Buenos Aires eran justificadas por el tema de la posible contaminación con material cancerígeno que contendrían los subtes comprados a España. En aquel país, a fines de mayo se informó que fallecieron tres operarios por cáncer, y la causa la atribuyen al asbesto encontrado en las formaciones del subte de Madrid.
En nuestro país, un estudio del Departamento de Geología de la Universidad Nacional del Sur reveló la presencia de asbesto variedad crisotilo en componentes de los trenes Mitsubishi de la línea B, Nagoya de la línea C y CAF-GEE de la línea E. El análisis, «muy arduo y muy riguroso», incluyó la evaluación de 50 muestras en diferentes flotas. También encontraron asbesto en talleres.
A esto se suma el hallazgo de al menos cuatro piezas con asbesto en los trenes CAF 5000 adquiridos de segunda mano al Metro de Madrid, que en febrero pasado fueron apartados de servicio preventivamente de la línea B.
La evaluación de este trabajo fue encargada por la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (AGTSyP).
El estudio de la UNS detectó la presencia de fibras de asbesto de la variedad crisotilo en los apagachispas y aisladores de resistencia de los trenes Mitsubishi, las placas de contacto de luces y placas presostato de los trenes Nagoya serie 300, y las tapas de apagachispas de los trenes CAF-GEE.
La doctora Leticia Lescano, una especialista en asbestos que estuvo a cargo de la investigación, aseguró que se hicieron “más de 50 muestras en diferentes flotas, fue un trabajo muy arduo y muy riguroso, y lamentablemente dio positivo en muchas muestras. El asbesto es un material peligroso, que está prohibido, y que debe tratarse con muchos recaudos por su implicancia ambiental y para la salud”.
La especialista asegura que el material comporta riesgos para los trabajadores “que están expuestos al manipuleo y acumulación de los componentes y partes”. “Cuando se ha colocado hace mucho suele haber volatilización por antigüedad o rotura del material y la posible inhalación de quienes trabajan con esos materiales, si es permanente, es riesgosa“.
Sin ir más lejos, la semana pasada falleció de cáncer un oficial de mantenimiento de trenes del Metro de Madrid al que se le había reconocido la asbestosis como enfermedad laboral.
Cabe recordar que las fibras de asbesto variedad crisotilo como las halladas en componentes de los trenes de las líneas B, C y E se encuentran prohibidas en la Argentina por resolución 823/2001 del Ministerio de Salud de la Nación, a contar desde el 1° de enero de 2003.
A diferencia de los CAF 5000, que ingresaron al país desde 2011, vulnerando la normativa vigente respecto de este material, los trenes Mitsubishi, Nagoya y CAF-GEE lo hicieron antes de que rigiera la prohibición del asbesto en la Argentina.