La Legislatura porteña sancionó los nuevos Códigos Urbanístico y de Edificación. Se eliminará la vivienda obligatoria del encargado para intentar bajar las expensas.
La sesión que llevó adelante la Legislatura porteña marcó un hito en lo que a construcción en la Ciudad se refiere: los diputados aprobaron en forma definitiva los nuevos Códigos Urbanístico y de Edificación. El primero regula dónde, cuánto y con qué criterios debe edificarse. El segundo, cómo y con qué materiales. Las normativas no se reformaban desde 1977 y 1943 respectivamente.
Entre los puntos clave de las modificaciones, que regirán desde el año que viene, se destacan el límite a la altura de las torres, la eliminación de la obligatoriedad de la vivienda del encargado, los baños unisex y el fin del bidet como elemento indispensable en cada sanitario porteño.
Así es que, todo lo que se construya desde 2019, tendrá seis alturas posibles, desde planta baja y dos pisos (nueve metros) hasta planta baja y 12 pisos (38 metros) como máximo. Hasta ahora, había 27 alturas. No habrá más torres en los barrios, pero sí podrán construirlas en zonas específicas, como Puerto Madero.
A su vez, las alturas permitidas por manzana se equipararán, para hacerlas más homogéneas. Así, ya no existirán las llamadas “esquinas enanas” y las medianeras descubiertas.
En zonas de La Boca, Villa Soldati y Villa Lugano, que hoy sólo tienen uso industrial, los desarrolladores podrán instalar oficinas y viviendas. Muchas de las áreas fabriles lindantes al Riachuelo resultarán afectadas.
La nueva normativa también se meterá en los baños de los porteños: el bidet ahora será optativo en casas, y el mingitorio podrá ser reemplazado por un inodoro en los sanitarios de comercios e instituciones. El objetivo es ampliar la superficie de estos ambientes. También dejará de ser obligatoria la bañera en los baños principales de las viviendas, como establecía el código antiguo, por generar inconvenientes para las personas con movilidad reducida.
departamentos, donde podrá ser reemplazada por un vestuario. Esta medida, espera el Gobierno porteño, hará bajar los gastos comunes del consorcio.
Un punto muy esperado por las madres es la obligatoriedad de lactarios en todos los edificios públicos y establecimientos educativos de nivel inicial. También en institutos de menores de 6 años a los que asistan bebés de 12 meses o menos, a partir de los 20 chicos. Y no será cualquier lactario: deberá estar ubicado en áreas seguras y tranquilas, y contar con elementos que brinden bienestar y confort durante el proceso de extracción y conservación de la leche materna durante el horario de trabajo.
Por último, los vecinos podrán consultar online cuál es la altura máxima permitida en su manzana, a través de una nueva plataforma web.
Ambos códigos fueron elaborados tras más de un año de discusiones con distintos sectores involucrados. Luego de la aprobación en primera lectura, se realizaron las audiencias públicas obligatorias, de las que participaron centenares de personas.
Sin embargo, los proyectos fueron aprobados sólo con los 34 votos del oficialismo, mientras que toda la oposición votó en contra. “Si bien tuvo discusiones en los barrios y con los consejos profesionales, terminó siendo más un monólogo que un diálogo constructivo. No hubo una respuesta clara, profunda y argumentada a las cientos de observaciones”, argumentó Juan Nosiglia, del bloque Evolución. En tanto, para Roy Cortina, del Partido Socialista, “el texto promueve un importante incremento de la capacidad constructiva, sin ninguna evaluación del impacto que puede tener en servicios públicos y en la disponibilidad de espacios verdes”.
En cambio, para Victoria Roldán Mendez, legisladora de Vamos Juntos y presidenta de la Comisión de Planeamiento Urbano, “fue un trabajo colectivo, arduo y con un muy buen resultado final. Hoy los vecinos tienen que celebrar porque nos estamos preparando para el futuro”.