Construcciones masivas en la ciudad. Las inmobiliarias levantan torres en Villa del Parque eludiendo una ley promulgada en 2012.
Por Santiago Carrillo
Algunos vecinos del barrio porteño de Villa del Parque lograron en noviembre de 2012 la sanción de la ley 4.367, que limita la construcción de edificios a 15 metros de altura. Sin embargo, las constructoras no respetan esta legislación. Gustavo Desplats, secretario parlamentario del bloque “verde-alameda” de la Legislatura porteña, afirmó que “si caminara diez cuadras a la redonda por el barrio, marcaría diez edificios fuera de norma”. La movilización de residentes del barrio, que debe su nombre a la gran cantidad de árboles que suele –o solía- tener, fue iniciada a partir de la desmedida construcción de torres que amenaza con cambiar la fisonomía del barrio.
En 2011 el entonces diputado Martín Hourest presentó un proyecto de ley para limitar la construcción de edificios a 4 pisos (15 m de altura). La iniciativa fue continuada por los legisladores Adrián Camps y Pablo Bergel, del bloque «verde-alameda».
En noviembre de 2012 el proyecto se convirtió en ley con el aval del entonces vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, vinculado al PRO. Sin embargo, las constructoras siguieron construyendo y se aprobaron otras normas controvertidas a favor de las empresas.
Los vecinos asesorados por una arquitecta denuncian que las inmobiliarias ligadas a las constructoras, utilizan el recurso de Modificación con Ampliación de Superficie: el artilugio de “metros cuadrados clandestinos” que les permite edificar 100 metros cuadrados adicionales por parcela pagando una multa.
En este sentido, Desplats opinó que es “una vergüenza” que las inmobiliarias puedan utilizar los 120 metros que suelen tener de más porque obtienen un departamento extra por un precio “irrisorio”. “Esos 120 metros adicionales sirven para pagar todas las multas de la obra: la demolición y pozo clandestinos, tener los obreros en negro y no tener seguro”.
Los pilotes de la discordia
Por otro lado, se aprobó en 2014 la ley 4.580. Es una norma conocida como Pilotes de Tracción que permite se puedan utilizar medidas de protección conformadas por hormigón armado para sostener la edificación a construir, que ya provocaron varios accidentes graves.
El problema radica en que estos “pilotes” se ubican por debajo de la propiedad del vecino lindante, invadiéndola. La ley solo obliga a los empresarios a informarle al vecino del procedimiento, pero aunque este último se niegue los pilotes pueden ser colocados de igual manera.
Los vecinos, Desplats y la comunera Paula Resels coincidieron en que esta norma es inconstitucional porque no puede ocuparse otro terreno aérea o subterráneamente y denuncian que es “un guiño más” del macrismo hacia las empresas de la construcción.
Todos coinciden en que hay una orden de “dejar hacer” de parte del gobierno porteño hacia la Dirección General de Fiscalización y Control de Obras, cuyos inspectores están denunciados por el cambio de aquellos planos que no cumplen con los requisitos legales.
En Villa del Parque, las inmobiliarias hegemónicas son Caprotta y Cribaro que junto a inspectores, funcionarios y estudios jurídicos que los protegen, son “socios del club”, como los denomina la arquitecta que asesora a los vecinos que se oponen a todas estas prácticas ilegales.
Un vecino víctima de los nombrados pilotes de tracción, ha desembolsado más de 50 mil pesos para sostener la causa que embargó al edificio ubicado en la calle Jose Pedro Varela al 3200 perteneciente a la firma Caprotta. La sanción recayó sobre la empresa Tierras del Eje que es la propietaria del imponente centro comercial DEVOTO SHOPPING.
Por otro lado, el emprendimiento que se lleva adelante en la calle Campana 3347 por una empresa de Jorge Cribaro tendrá sus columnas revestidas de contradicciones. El edificio de más de 17 metros, según su plan de obra, contará con servicios exclusivamente eléctricos, atentando contra el escaso servicio energético de Villa Del Parque que sufre reiterados cortes de luz durante los últimos tres veranos.