La invitación fue una hermosa tarjeta hecha por Valentina K, de quinto grado “A”, donde recrea con un gran sentido estético, a “Juanito Laguna jugando con la literatura” y que en el reverso, con lenguaje formal convocaba: “el 19 de septiembre a las 10 hs, en Galicia 1857, homenaje al patrono Marechal”.
Allí estuvimos, porque estos encuentros siempre son encantadores en las excelentes escuelas públicas que posee la ciudad y está protagonizada por la comunidad educativa, que en este caso, desbordaba de alegría por este homenaje que estuvo llenísimo de arte y de comunicación, donde dejaron traslucir el muy buen trabajo de docentes y alumnos en las distintas aulas y salones donde estaban expuestos los trabajos hechos con los chicos.
Una mención aparte para la cooperadora: notamos que había un cerramiento nuevo en el fondo del patio que llegaba hasta el techo muy necesario para que los chicos no sufran frío y además, la escuela estaba renovada en pintura, tarea que, nos chusmearon, realizaron esos padres que dan sus tiempos libres a la escuela de sus chicos.
La historia de este patrono que se las traía, sino miremos lo que decía hace muchísimos años con una vigencia increíble:
“Creo que actualmente hay dos Argentinas: una en defunción, cuyo cadáver usufructúan los cuervos de toda índole que lo rodean, cuervos nacionales e internacionales; y una argentina como en navidad y crecimiento, que lucha por su destino, y que padecemos orgullosamente los que la amamos como a una hija. El porvenir de esa criatura depende de nosotros, y muy particularmente de las nuevas generaciones”.
Leopoldo Marechal nació en Buenos Aires, en una familia humilde de clase trabajadora de ascendencia vasco – francesa en el barrio de Almagro un 11 de junio de 1900.
Al morir su padre, se desempeñó como bibliotecario en la biblioteca popular Alberdi en el barrio de Villa Crespo.
A los 19 años, egresó como maestro del Colegio Nacional Mariano Acosta.
Fue director-fundador de la Escuela Nacional de Danzas, director de enseñanza artística y director de cultura de la Nación. Su pluma literaria transitó la poesía, el teatro, la novela, el ensayo, la historia, el periodismo y el cuento.
A partir de la publicación de su primer libro, “Los Aguiluchos” de 1922 comienza a vincularse con la vanguardia de la época que nucleaba a artistas como Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo y Xul Solar entre otros y colabora además en Proa y Martín Fierro, revistas literarias de aquellos años
Desde su temprana juventud se identificó con las clases populares adhiriendo al justicialismo a partir del año 1945 hecho que le depararía la condena de la crítica y de los sectores más liberales. Fue asimismo un ferviente y comprometido militante católico.
Hacia 1948 se publica su obra cumbre, “Adán Buenosayres”, novela contemporánea escrita según las leyes de la epopeya clásica y en la que deja retratada a la generación literaria de la década del 20 vinculada a las revistas literarias mencionadas.
En los años posteriores aunque se estrenaron algunas de sus obras de teatro, Marechal se aisló del mundo literario y no fue hasta 1965 con la publicación de su segunda novela “El banquete de Severo Arcángelo” que su obra comenzó a ser leída y estudiada.
Murió en el año 1970.
A partir del año 1974, esta escuela tiene el orgullo de llevar su nombre y tenerlo como su patrono.
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