Fuertes críticas al cierre del Zoológico para hacer el Ecoparque

Esta es una historia que lleva ya varios años y se enmarca en una lucha mundial por el cuestionamiento de animales en cautiverio, un concepto perimido, por el avance de la conciencia social a que las especies deben vivir en su hábitat natural y no ser objetos de exposición en espacios pequeños que hacen sufrir mucho a los animales.

Esta idea llego hace años a la ciudad de  Buenos Aires y luego de mucho tiempo de ctivismo, denuncias, muerte de animales y proyectos de ley, se llegó a la idea de hacer un ecoparque en lugar del zoológico en el barrio de Palermo y trasladar poco a poco los animales a santuarios de otras regiones para que tengan una vida más natural. Pero la idea, tal como se la esta llevando a cabo en la ciudad,  está siendo rechazada por ambientalistas.

El anuncio del cierre

El Ministerio de Modernización de la Ciudad a cargo de Andy Freire, con quienes manejan el zoo y sin avisar  al público ni a las ONG,  de un dia para otro, decidió el cierre del  zoo por 24 meses para su reconversión a Ecoparque, dicen los conservacionistas que la medida fue tomada para que no se vean los nulos avances en conservación animal y biodiversidad por parte del gobierno porteño desde su estatización hace casi un año y medio.

Estas organizaciones conforman el Consejo Asesor  y es muy probable que se retiren de esa gestión porque critican los lineamientos de la reforma que se basan más en lo arquitectónico que en la educación ambiental.

De hecho el eco parque de las 18 hectáreas actuales, pasará a tener  seis y el resto se anexará al Parque Tres de Febrero. Esto generará que algunos de los 52 edificios considerados monumentos y patrimonio histórico, queden afuera del zoológico y sean usados en emprendimientos comerciales.

Entre esos edificios están: el Pabellón de las Fieras, el Castillo Gótico y el antiguo Castillo de los Osos que son edificios originales.

La Fundación Azara abandonó el Consejo Asesor  por estar en desacuerdo con esta idea, antes lo habían hecho la Fundación Jane Goodall y la Agencia de Protección Ambiental (APRA), además de tres técnicos que comandaban el área de Biodiversidad. Todos se retiraron denunciando hechos graves:

  1. No terminan de entender la transformación del zoo en un centro de conservación, concientización y de educación ambiental. Se necesita un máster plan donde se vea qué se quiere hacer, no una foto o una maqueta, sino contenido.
  2. Falta de personal, presupuesto y conocimiento técnico por parte de las líneas directivas del Ecoparque».
  3. No hay un plan de acción gradual y creíble» para la reubicación de animales.
  4. Hubo traslados fatales: «La jirafa Lara a Río Negro, el orangután Max, el yaguareté Tango y parte de los coipos llevados a la reserva Los Robles, en Moreno; todos están muertos.

En declaraciones a la prensa el legislador Adrián Camps denuncio que el zoo tenía dos yaguaretés y murió la hembra, no quisieron llevarlos a  la Fundación CLT, que trabaja con estos animales en el Iberá.

En estas áreas, donde se requiere profesionalismo y saber del tema, también se denunció  la contratación de 25 personas  que no saben nada de ambientalismo, ni son especialistas en la materia, con sueldos de entre 40 y 50 mil pesos, muy superiores a los técnicos y profesionales que están trabajando en el lugar y la sospecha es que son militantes del PRO y que el zoológico está siendo usado para favores políticos hacia quienes apoyan a Cambiemos en la ciudad.