Por Clr Silvia V Rolandi
Estamos atravesando actualmente, un segundo y más cruel ciclo, de un largo tiempo de pandemia, y es fundamental, para sobrellevar la situacion lo mejor posible, dedicar un momento a la reflexión y al fortalecimiento emocional.
Hoy es prioritario conectarse con las propias necesidades, tener una mirada amorosa y establecer una alineación emocional en medio de esta tormenta sanitaria con sus trágicas secuelas, para fortalecer la conciencia de uno mismo.
Auto observarse requiere un trabajo cotidiano y si en la auto observación vemos que está presente el miedo, podemos transformarlo en un miedo útil, un aliado que nos permita dimensionar adecuadamente la situación y alejarnos del pánico inútil, contagioso e ineficaz.
Hablamos del miedo porque es normal en estos tiempos de severa pandemia, cuando escuchamos cifras de contagiados y muertos, con casos a veces muy cercanos. Es importante que podamos reconocer las ansiedades, los miedos si los hay, para sobrellevarlo o para pedir ayuda si estamos sobrepasados o paralizados, sin poder actuar.
Es importante tener buena información de la situación y elegir cuidarse por propia voluntad, es importante también, tener una actitud esperanzada en estos tiempos, ya que todo pasa y en el esperar, es necesario preservarse. Meditar es una gran herramienta para poder encontrar otra mirada de los acontecimientos.
Activar la conciencia
Activar la conciencia, estar alerta de la situación, hace crecer una actitud ecuánime, más serena, ante cualquier sentimiento o emoción que nos pueda desestabilizar. Nos podemos observar como si fuéramos un observador externo, aceptando las cosas como son, sabiendo que se pueden modificar para mejor.
Son momentos de crisis, de trauma, tiempos de inestabilidad. Las malas noticias nos baja la frecuencia de vibración positiva y podemos sentirnos como apagados, preocupados, con baja energía.
De allí la importancia de estar alertas y conectados con fuentes de energías superiores o alentar pensamientos positivos de esperanza.
¿Estamos en un proceso de profunda transformación? ¿Es un nuevo mundo hacia el que inevitablemente nos desplazamos? Sea como fuere la situación, hace que estemos confusos, entre aterrorizados y arrogantes, en medio de cambios sociales que parecen fuera de nuestro control. Nos enfrentamos a un cambio de paradigma que puede ser el más poderoso que haya conocido la humanidad y se ponen en juego los mecanismos de adaptación de las personas para sostener su estilo de vida.
Todos los cambios fuertes provocan una carga a nivel psíquico. El que tengan mayor o menor fuerza los efectos nocivos o los efectos sanos del coronavirus, dependerá mucho del grado de salud o enfermedad previa, y las condiciones de vida de cada persona, cada familia y cada comunidad.
Desarrollar la fortaleza emocional permite un mejor afrontar la situación. Para todos algo cambió, algo se movió por dentro, hasta el punto de que muchas personas sienten no estar del todo presentes en su propia vida, se hacen un replanteo de casi todo lo que existe.
Un poema de Hamlet Lima Quintana habla de estos movimientos internos:
“Que pasa madre que ya no me entiendo, que es este ser que parece mío, y sin embargo se asemeja al río, y como el agua se me va corriendo. Llegué hasta aquí pero llegué sonriendo, y ahora no se, presiento un frío junto al caliente nombre del hastío”
La importancia de la contemplación
Las neurociencias contemplativas estudia el efecto de las prácticas introspectivas (entre ellas la meditación y la atención plena) en el funcionamiento cerebral y del sistema nervioso, verificando cambios corporales en las personas que meditan, cambios anímicos que alivian el estrés, la ansiedad, reducen la presión arterial, aumentando la conciencia corporal y emocional.
Todo este proceso de auto observación, de meditación, es un camino que lleva un tiempo, y que cuesta emprender ya que estamos acostumbrados a utilizar nuestros sentidos en mayor medida para conectar con el exterior y no tanto con nosotros mismos.
Sin embargo, si practicamos la auto observación interna, vamos a obtener beneficios no solo en cuanto a la salud personal, sino en la relación con los demás, y con el medio ambiente.
En estos tiempos de crisis sanitaria severa, son momento para cuidar la sensibilidad del cuerpo. Muchas son las veces en que lo sometemos al maltrato, por no escucharlo, por sobre exigirlo, para luego calmarlo con fármacos. Cuidar la sensibilidad es conectarnos con la alta vibración interna del ser, aprendiendo a escuchar lo que necesitamos en cada momento.
En estos tiempos de crisis sanitaria severa, de noticias que generan incertidumbre, cuidar la sensibilidad del cuerpo va en paralelo con cuidar la sensibilidad de las emociones, porque precisan del cuerpo para expresarse.
Cuando estamos alertas, cuando nos observamos desde nuestro interior, nos damos cuenta que somos mucho más que un cuerpo físico y nos damos cuenta que existen energías sutiles que nos rodean y nos protegen. Auto observarse, estar atentos, meditar, cuidar el cuerpo, fortalecer y estabilizar las emociones, son barreras que nos cuidan para no enfermar.