No escapa a nuestro conocimiento que Buenos Aires es una de las ciudades más hermosa y pintoresca del planeta. En el contacto con ustedes, nuestros amigos lectores, les iremos contando anécdotas y características históricas y geográficas de algunas calles de nuestros barrios, cuyos nombres no son demasiados conocidos por la gente. Asimismo les recordamos que, luego de calzarse unas zapatillas muy cómodas, salgan descubrir los innumerables tesoros que nos brinda el paisaje urbano de nuestra bella ciudad.
Pero vamos al punto: la calle Andrés Lamas hace mención a un periodista, historiador y diplomático nacido en Montevideo, Uruguay en 1817, cuando este territorio era considerado aun como una parte del Río de la Plata. Desde muy joven adhirió a las ideas de los exiliados unitarios argentinos en Montevideo compartiendo convicciones políticas con Mitre y Sarmiento.
Comenzó su carrera en letras como editor del diario El Saster en 1836 y colaboro en publicaciones de tendencia unitaria como El Nacional, El Comercio del Plata y El Conservador.
Expulsado de Montevideo por Oribe, se une como secretario a Fructuoso Rivera volviendo victorioso con él en 1838. Cumplió una febril actividad en la vida publica, ocupo cargos en el Ministerio de Gobierno relaciones exteriores y de hacienda. Colaboro en la campaña contra Rosas. Luego de la caída de Rosas pasa la mayor parte de su vida en Buenos Aires donde contribuye a la historiografía argentina, publicando la historia de la conquista en la Guerra del Paraguay y las biografía de Juan Díaz de Solís y Bernardino Rivadavia. Al momento de su muerte en 1891, Andrés Lamas estaba trabajando en la historia del movimiento independentista en América. La calle que lleva su nombre transcurre de Gaona hacia el norte como una vía de acceso rápido. Sombreada por tilos y plátanos, dormitan algunas fabricas y galpones abandonados, resabios de tiempos mejores, junto a plantas procesadoras de gaseosas de fama mundial. Vale la pena apreciar los frentes de los añejos caserones, Esta calle es ahora mas famosa por el monumento a Norberto «Pappo» Napolitano simbolizado en un agradable perfil del «Carpo». A los pies del monumento figuran las siguientes palabras «… cuando no sientas las caricias de mis manos, ni el calor de mi cuerpo, guitarra, vas a llorar…».
Unos metros mas hacia el norte, hay un vergel donde descansar y tomar mate que recuerda a un notable escultor poco conocido: la placita Curatella Manes. Seria conveniente informar a las autoridades que la Placa que lo recuerda fue sustraída hace bastante tiempo. Seria importante esta restauración para el barrio de Villa Mitre. Hacia el norte se transita a los costados de los paredones del Colegio Cabrini donde se esta pintando el mural del centenario de Villa Mitre y de los terreno abandonado de la ex Plaza Vea donde se está instalando un nuevo emprendimiento comercial que dará nueva vida a esa parte del barrio.