Año Cortázar: se celebran los 100 años de su nacimiento. Hace 30 se fue para inventar amores, amaneceres y horizontes en otros espacios.
“Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará.”
El 12 de febrero se conmemoró en la Secretaría de Cultura de la Nación, el 30° aniversario de la muerte de Julio Cortázar (1914-1984) y fue el inicio de las actividades que culminarán en la celebración de los 100 años de su nacimiento que se cumplirán el 26 de agosto. Las actividades del “Año Cortázar: Cien años con Julio”, va a tener un homenaje central en el Salón del Libro de París 2014, donde la Argentina será país invitado de honor para recordar a uno de autores más innovadores de su época, con obras como Bestiario y Todos los fuegos el fuego, entre otras joyas de la literatura.
Cortázar falleció hace 30 años en Paris, la ciudad que ambientó algunas de sus más exquisitas obras, como Rayuela que publicó en 1963. “Rayuela” describe los encuentros y desencuentros, azarosos, furtivos, entre una bella mujer llamada La Maga, y Oliveira, un poeta que gustaba pasear por las calles de Paris. La descripción de las sensaciones que provoca un beso en esa novela es una verdadera obra de arte. Fue novelista, cuentista y poeta, único en el ritmo de su prosa, creando personajes de los que era imposible sustraerse.
En el plano político amó y apoyó las revoluciones latinoamericanas en Cuba y Nicaragua.
Su vida se basaba en la lectura, la escritura y su labor docente en Buenos Aires y así se definía: “mis experiencias fueron siempre literarias. Vivía lo que leía, no vivía la vida, leí millares de libros encerrado en la pensión: estudié, traduje. Descubrí a los demás sólo muy tarde”.
Dentro de su producción hay un libro clave que es “Historias de Cronopios y de Famas”, publicado en 1962. Es el Cortázar surrealista: cuentos con una mirada poética para enfrentar las miserias de la rutina y del sentido común. En menos de una página crea ambientes llenos de colores y sonidos, un barco, una calle, terminan en las tuberías de un viejo edificio donde un oso se pasea libremente.
El autor de Bestiario compartió espacios y amistad con Pablo Neruda, Borges; Octavio Paz, Alejandra Pizarnik entre otros grandes. El jazz era su género musical predilecto y se le atribuye un disco de tangos, realizado junto a Edgardo Cantón, interpretado por Juan Cedrón: ‘Trottoirs de Buenos Aires’, editado en 1980 y reeditado en 1985.
Cortázar murió dos años después de la muerte de su segunda esposa, Carol Dunlop. Sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse, en París y los seguidores que lo visitan acostumbran a dejar ‘rayuelas’ dibujadas en papel y una copa de vino junto a los dibujos en la tumba donde descansa junto a Carol.
“… Siempre seré un niño para tantas cosas, pero uno de esos niños que llevan consigo al adulto, de manera que cuando el monstruito llega verdaderamente a adulto ocurre que a su vez éste lleva consigo al niño, y en el mezzo del camino se da una coexistencia pocas veces pacífica de por lo menos dos aperturas al mundo. Mucho de lo que he escrito se ordena bajo el signo de la excentricidad, puesto que entre vivir y escribir nunca admití una diferencia; si viviendo alcanzo a disimular una participación parcial en mis circunstancias, en cambio no puedo negarla en lo que escribo puesto que precisamente escribo por no estar o por estar a medias…”.
“…Me mirás, de cerca me mirás, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua…”